¿Sabéis qué es lo más especial de nuestras piezas en plata de ley y chapadas en oro? Que todas han sido creadas inspirándome en personas concretas, de la vida real, conocidas para mí o desconocidas. Todas han sido creadas a partir de pedidos personalizados que he recibido en el último medio año, todos pedidos especiales, para regalar a personas queridas por aquellos que me los encargaron.
En algunos casos fue fácil plasmar en una joya la personalidad de aquella que la vestiría, ya que las conocía personalmente. En otros casos no fue tan fácil, aunque sí igualmente exitoso el resultado. Adoro los retos, y por eso no me siento incómoda al verme ante la tesitura de crear una joya única para alguien que no conozco. Quizás es porque soy psicóloga que encuentro el gusto en descifrar los rasgos de personalidad que me relatan sobre estas desconocidas y traducirlos en bellos accesorios. Así creo fotos mentales de cómo imagino que serán estas mujeres, y deduzo qué es lo que les gustaría ponerse. Es una mezcla de intuición, de empatía y de análisis riguroso. Y el colmo de la satisfacción como joyera es que alguien te diga sorprendido "¿Cómo conseguiste adivinar justo lo que ella quería? Ahora es su joya preferida y no se la quiere ni quitar".
Disfruto de ser artesana y disfruto de ser psicóloga, mucho más poder compaginar ambas profesiones.Se trata de atrapar la esencia de la persona en una joya, de que la mire y diga: "No podía ser más perfecta para mí".
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